De jaia en jaia

Como no podía ser de otra forma, abriré juego comentando las que hasta ahora han sido las mejores fiestas del verano (y ha habido muchas ¡eh!). Con el paréntesis de paellas (no tanto por no pasarlo bien, que lo dudo, como por no recordar cómo lo pasé) y tras una tardía pero interesante entrada en Gorliz, llegaba el turno de la gira local. Con Algorta y Romo coincidiendo la misma semana, sin duda el corazón estaba dividido: no sabía si emborracharme o morir en el intento. El destino es lo de menos, lo que cuenta es pasarlo de puta madre.

Y así fue. Un miércoles (con entrada de blog incluída) cambiando de juego en el último momento por necesidades del guión (cerraban las txosnas de Algorta), un jueves con un Romo algo más muerto que el día anterior pero sin duda con un gran ambiente, y un viernes sin expectativas (por las obligaciones laborales del día siguiente) que acabó convirtiéndose en una gran noche, tanto por lo grupal como lo personal: todos lo pasamos de cojones y yo recuperé sensaciones que hacía tiempo había perdido (la sidra, bebida de niñas, va a ser tenida muy en cuenta próximamente). Un poco de todo, que nunca está mal: alcohol, música, bailes, vaciles, indicios de violencia sin mayores consecuencias, conversaciones interesantes, conversaciones surrealistas... lo que se dice todo lo necesario para una gran noche de fiesta. Bueno, siempre hay carencias, pero cada vez más subsanables.

Más por tener que hacer cosas (obligaciones de tener la casa para uno sólo) que por falta de ganas, dejo aquí esta breve actualización, no sin antes recordar que la minigira local no ha terminado. Tras un, esperemos que no anecdótico, paso por la Aste Nagusi patatera, tocará el turno de mis fiestas favoritas del verano: Puerto Viejo, ¡prepárate para mi llegada!