Suerte

Según la Real Academia, la suerte es la "circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede." Ahora, habría que plantearse si esta definición se limita al ámbito lúdico o a cualquier otra faceta de la vida. Lo que está claro es, que sea como un ente supremo al mando de nuestro destino, o bien como la forma que tenemos de expresar aquello que no podemos ni sabemos controlar, la suerte, para bien o para mal, existe. Y siendo esto así, no es una invención sin fundamento la palabra racha. También conocida como dinámica positiva o negativa, se refiere al período de tiempo o serie de sucesos con una constante en común: la suerte te es siempre favorable o siempre desfavorable. Pues bien, es posible que yo esté entrando en terreno quasi desconocido para mi: una dinámica positiva. ¿Motivos para creerlo? Detalles, meros detalles que no detallaré para no aburrir al personal. Sólo comentar que, como toda buena racha, habrá que aprovecharla. (Casino prepárate para mi regreso).

Hay eventos en los que sin embargo la suerte tiene poco que ver. Uno de estos (y perdón por el radical cambio de tema) fue la victoria de Contador hace apenas unos días en el Giro de Italia. Victoria que quería aprovechar para ensalzar aquí pero que, como muchas otras veces, la pereza me ha impedido comentar. Y aunque sea con retraso, ya dice el dicho que más vale tarde que nunca. Teniendo en cuenta que hay pocos deportes que acaparen más mi atención que las grandes citas del ciclismo, mi blog no iba a faltar a esta cita. Al igual que el campeón de Pinto no faltó a su cita con la alta montaña tras cancelar a última hora sus vacaciones para enfrascarse en un Giro del que no conocía más que el nombre y reputación, y que apenas tuvo tiempo de preparar. Tras perder algún minuto en las primeras rampas duras de la carrera, fue recuperando sensaciones día a día y cogiendo forma para llegar a las últimas grandes etapas con la maglia de líder enfundada y el triunfo al alcance de la mano. Con la dureza de rivales italianos extra motivados como Di Luca, Brushegin, Sella... y por supuesto la cobra Ricco’ (que cada vez que abre la boca echa veneno), la difícil empresa de Contador pasó a convertirse en proeza, más teniendo en cuenta que todos estos corredores dirigen su preparación física del año a esta carrera. Pero cuando metemos en carrera a un corredor de la clase de Alberto, por muy lejos que esté de su pico de forma, pocos ciclistas hay que puedan hacerle sombra. Y así lo demostró. Pese a que los últimos grandes puertos la cobra le recortó bastante tiempo, ‘Conta’ aprovechó el último día en contrarreloj llana para disipar todas las dudas sobre su victoria y coronarse como nuevo campeón del Giro, segundo español tras Indurain. ¿Dónde estará el techo del madrileño? Cuando su equipo pueda volver a un Tour comenzaremos a vislumbrarlo. Eso sí, muy de lejos.

Otro evento que no puedo dejar de comentar, y en el que la suerte tampoco tuvo que ver, es el recién terminado Roland Garros, donde Nadal logró igualar el histórico record de Björn Borg consiguiendo su cuarta copa de los mosqueteros consecutiva. Y lo hizo humillando (sanamente eso sí) al que muchos consideran mejor tenista de la historia. Yo no me mojo en esta valoración, pues no tengo edad para haber visto a los míticos Becker, Lendl, Connors o el mencionado Börg. Sí puedo en cambio asegurar sin temor a equivocarme que es el mejor tenista de cuantos he tenido ocasión de ver (siguiendo el tenis desde hace unos 7 años). Aunque es posible que ese trono le sea pronto arrebatado por un huracán llamado Rafa Nadal, jugador de mi quinta en clara progresión que aspira a derrocar al indiscutible rey de Wimblendon en la próxima gran cita del calendario ATP. Otro deportista a tener en cuenta, sin duda.

Y tras esta pequeña batería deportiva, convoco a quien quiera darse por convocado a organizar una buena juerga este viernes, para que mi entrada en los 22 años sea más llevable. ¡Por favor, no me dejéis solo! (Es broma, sé que no lo haréis). Y no lo olvidéis, alea jacta est.