¡Precaución! Auto-publicidad

He decidido incluir una antigua publicación mía en un nuevo blog, aprovechando mi cuenta en Blogger, para tenerlo todo recogido y ordenado, y no como en el fotolog, que andaba todo desperdigado. Tengo intención de retomar mi modesto ensayo sobre fiestas, borracheras, y alcoholismos varios, dentro de poco. Lo retomaré donde lo dejé, en la etapa 'desfase'. Por si os lo preguntáis, sí, este verano ha habido unos cuántos para tomar de referencia.
Aquí dejo el enlace: Ensayo sobre el Arte de Salir de Fiesta

lunes, 12 de mayo de 2008

Malos tiempos para la prosa

No sé cómo empezar. Aunque, mirándolo bien, ya he empezado. Tras pedir perdón por esta insulsa y estúpìda introducción, no me queda sino presentar el motivo de esta nueva entrada, cuyo primer párrafo (el aquí presente) fue escrito el día 5 de mayo, pero que no he podido o querido finalizar hasta hoy, día 12, por razones ajenas al hilo argumental. Aunque, volviendo a caer en una rectificación de finalidad estética, dicho hilo argumental ni siquiera ha cobrado forma dentro de mi cabeza. Sencillamente y como muchas otras veces, me apetecía contar cosas, y me pongo a ello porque no es sano reprimir esta clase de caprichos puntuales. Lo que quieras hacer, hazlo, como reza el eslogan de una conocida marca comercial (y si no es así, me quedo la patente).

Han pasado cosas desde que, hace 20 días, escribí mi última entrada en el blog. Llevo una desesperante temporada de vacío literario (me cuesta horrores encontrar en cada línea las palabras adecuadas), que tendré que intentar suplir con anécdotas, hechos, o información real. Y es que, en el último mes, como poco, ha cambiado mi rutina, que no es dato baladí.

En primer lugar, fue un auténtico alivio ver mi tobillo liberado de aquel pegajoso vendaje de gráfico nombre. Tenso por la evidente presión ejercida sobre el músculo, y plast como onomatopeya de la hostia a que equivalió ser retirado el apósito de la zona afectada, causando una dolorosa depilación que me hizo sentir de repente un nuevo respeto hacia el mundo metrosexual. Que cunda la tranquilidad, dicho respeto se desvaneció al visualizar en mi mente la imagen de unas feminescas piernas sustituyendo a mis admiradas articulaciones de macho ibérico.

Hecho reseñable es que la mencionada liberación de mi tobillo precedió, de manera inmediata, a mi primera borrachera en un mes. Y ésta, como no pudo ser de otra forma por la acumulada ansiedad fruto de la ausencia de fiesta, rozó la inmoralidad tras sobrepasar con creces la indecencia. Sucedió en Barakaldo, ciudad que por primera vez fue testigo de una de mis actuaciones, teniendo por actores de reparto a Yogi (fiel ex compañero de telekofatigas) y su cuadrilla, y premiada con Óscar al mejor atrezzo por el por el efectivo surtimiento de Habana 7 del Androides. Con recuerdos borrosos terminó la noche, y tras ella nació un nuevo día, en el que, con un resacón del copón, me desperté en la habitación equivocada (que inteligentemente había ocupado por proximidad, y a sabiendas de su vacuidad).

Y llegados a este punto, para continuar con la historia, paradojicamente hay que retroceder un par de semanas. Concretamente al día en que recibí una llamada de un número desconocido, que iba a resultar el detonante de la mencionada demolición de mi rutina. Algo tan sencillo como un trabajo. Lo que llevaba meses buscando y temiendo al mismo tiempo. Sólo decir, que si queréis vacilarme próximamente, me encontraréis muchos fines de semana en cierto videoclub haciendo las veces de dependiente. No es que sea un curro duro, pero se agradece alguna visitilla espontánea para amenizar las largas horas invertidas, entre las que se cuentan 7 seguidas los sábados.Y es aquí precisamente donde buscaba llegar.

Cojamos impulso y realicemos un pequeño salto adelante en el tiempo, vuelta a la mencionada resaca sabatina. Para los menos audaces, comentaré que ese sábado me tocaba trabajar las 7 horas. 7 horas que, evidentemente, no recordaré con especial cariño cuando haga miradas restrospectivas como ésta. He de decir, no obstante, que superé la prueba y completé con buena nota la jornada laboral, más teniendo en cuenta que era mi primer fin de semana en la tienda. Sin embargo, como el hombre es animal de costumbres, y yo no me considero otra cosa que hombre, tuve a bien repetir la experiencia, haciendo bueno aquel dicho popular que utilizaba Antena 3 para anunciar la emisión de aquella gran película de acción, La Jungla 2: Alerta Roja. “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”. El caso es que, efectivamente, volví a tropezar, salvo que esta vez la piedra no se llamaba Barakaldo ni Androides, sino Non. Pero esto, ya es otra historia que dejo para otro día de la semana, puesto que, como ya he explicado, mi imaginación atraviesa horas bajas y necesito administrar datos e historias.

Un último dato quiero comentar, antes de este relato finiquitar. Y es que, para combatir mi mencionada carencia verbal y de ideas, voy a intentar una terapia de choque e iniciar de una vez la escritura de un feto literario que quizás, con esfuerzo, confianza y, sobre todo esa cualidad que tanto necesito como es la constancia, pueda convertirse de aquí a un tiempo en un serio proyecto de libro.

Y una última y feliz noticia para los numerosos y fervientes admiradores de mi flog (http://www.fotolog.com/elzok). Ya hay fecha para el último y esperado documento que hace tanto tiempo prometí. Verá la luz en, exactamente, un mes y un día. El día de mi cumpleaños. Alea jacta est.

1 comentario:

Esther dijo...

O de como no decir nada en un montón de líneas...

Bueno, bah, al menos me he enterado de que tienes curro. ¿Precio amigo? ;P


:D


Pejina.