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He decidido incluir una antigua publicación mía en un nuevo blog, aprovechando mi cuenta en Blogger, para tenerlo todo recogido y ordenado, y no como en el fotolog, que andaba todo desperdigado. Tengo intención de retomar mi modesto ensayo sobre fiestas, borracheras, y alcoholismos varios, dentro de poco. Lo retomaré donde lo dejé, en la etapa 'desfase'. Por si os lo preguntáis, sí, este verano ha habido unos cuántos para tomar de referencia.
Aquí dejo el enlace: Ensayo sobre el Arte de Salir de Fiesta

martes, 25 de marzo de 2008

Cuando la fiesta toma forma de ciudad

Dudo que haya mucha gente capaz de aguantar el ritmo que en 4 días hemos llevado en Benidorm con el limitadísimo descanso que proporciona una esterilla, un saco de dormir y una tienda de campaña. Pero lo que también estoy seguro es de que pocos sitios son capaces de albergar la misma cantidad de gente con la misma intención festiva y de locales y ambiente adecuados para ello. Con una sensación de vacío dejamos la ciudad por no haber estado en todas las zonas que queríamos, y habernos dejado tareas pendientes, pero esto no quedará así. Volveremos a asaltar la ciudad.

En cuanto a lo que se refiere estrictamente a mi, decir que el nivel de alcohol en sangre no bajó de lo permitido por la DGT en ningún momento, así que la idea de alquilar un coche que surgió por ahí tenía sus cabos sueltos. Otro de ellos era el dinero, que se escurría como un puñado de arena entre los dedos, hasta tal punto que volví a casa con una cantidad netamente inferior a la llevada de inicio, teniendo en cuenta que tenía 130 y me gasté 190. Suerte que las ayudas familiares y un préstamo de última hora para entrar en la KM me permitieron no cortar con la fiesta. Alcohol y música electrónica tragamos un rato, pero los que no nos tragaban eran los guiris del camping que, amargados con nuestras previas o celosos de ellas, no hacían más que quejarse de nuestra presencia. Y encima no nos lo decían a la cara, sino que se quejaban 'directamente' a la dirección del camping para que nos apercibiera repetidas veces. Suerte que somos gente decente y no la liamos más. Al fin y al cabo, necesitábamos una parcela en la que dormir. Aunque bien hay que decir que en lo que se refiere al hecho de dormir, no podemos considerarnos unos eruditos, pues cada uno de nosotros no sumará más de 10 horas de sueño en 4 días de acampada (exceptuando a dos que yo me sé...).

Y puesto que ya he hablado de dinero y el amor es algo privado, comentaré que mi actual malestar no lo achaco a Benidorm, pues ya estaba ciértamente tocado cuando afrontaba el viaje. En todo caso estos días pueden haberlo agravado y, muy probablemente aplazado. A veces ignorar la enfermedad es la mejor forma de afrontarla. Y no hay mejor medicina que unos litrillos de cerveza. Un 'Perrea perrea' cada 20 minutos ayuda a mantener la mente serena, y es que ese festivo grito de guerra fue una constante en mi conversación durante los 4 días.

En fin, que podría contar muchas cosas de Benidorm pero no serían más que experiencias personales que poco o ningún valor tienen en mentes ajenas, así que os recomiendo a vosotros, numerosos y fervientes admiradores de mi blog, que lo comprobeis en vuestras propias carnes.

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