Últimamente no me da mucho por escribir, sin embargo sé que tengo este pequeño espacio para poder desahogar mis palabras cada vez que me apetezca. Ésta es una de esas ocasiones. Si bien estos día he estado más ocupado absorviendo palabras que expeliéndolas (hay que culturizarse amigos), bien es cierto que me noto necesitado de llenar un poco los vacíos que estoy dejando en este joven blog, hablando un poco de todo, que es lo que me gusta.
Una mención a este último fin de semana es un buen comienzo. Un par de días de alcohol y desenfreno quizás demasiado controlados que me han servido a la postre para asentar la cabeza con respecto a ciertos temas que me guardo para mi. Lo que sí puedo contar es mi experiencia casinesca en plena capital vicaína. Fue tan breve como productiva, y no digamos afortunada. Ganar a la ruleta apostando a número no es algo que suceda todos los días, y aunque luego hubiera que repartir las ganancias a cuatro partes, y se quedaran en meramente simbólicas, el puntazo que fue ver la bolita de la suerte o el infortunio detenerse sobre el número 21 es indescriptible. Una de esas experiencias para guardar en el baúl de los buenos recuerdos, siempre que no acabe desembocando en un problema de ludopatía al más puro estilo de Nicolas Cage en 'Leaving Las Vegas'. Película que, por cierto, me dispongo a visualizar en un rato, suponiendo que no me haya bajado por error el último remake masterizado de 'Lamming la Verga' (porno con caché, oyes).
En cuanto a otro tipo de novedades, comentar que parece que por fin va a salir un plan colectivo. Aunque tenga forma de camping y un tópico vacacional por destino, la semana en Benidorm promete ser, como poco reseñable. Y lo será, para bien o para mal, lo acabará siendo. Con una bombona de camping gas bajo el brazo partiremos a nuestra semana de turismo rural (o algún otro adjetivo con la misma terminación), en una ciudad que tendrá más densidad de población que el Da Vinci un sábado a las 4 de la mañana. Objetivo: pasarlo bien. Intención: pasarlo bien. Método: pasándolo bien. Deseos: ¡que no llueva, por el amor de Amón-Ra!
Pasando a temas de un interés algo más global, nadie puede olvidar que estamos ante las puertas de lo que serán 4 años de promesas incumplidas, lloriqueos constantes y críticas como puntas de flecha volando a diestro siniestro. Estamos ante el umbral de una nueva legislatura que traerá más de lo mismo si repite el cercano y humilde José Luis, o todavía peor si sale elegido el serio y preocupado Mariano. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, en las que nos vemos obligados a participar para acallar a nuestras bombardeadas conciencias, han invadido nuestras pantallas televisivas los debates políticos bipartidistas. También llamados 'cara a cara' o face to face para dar un toque hollywoodiense al tema, se empeñan en hacer ver que estamos ante una democracia oligopólica, donde sólo 2 opciones tienen capacidad para gobernar. Y dando esto por obvio, se ciñen a sus guiones en sus particulares duelos westernianos. Estos guiones consisten básicamente en una batalla pseudodialéctica de mutuo lanzamiento de mierda, donde lejos de demostrar su inocencia sobre las variopintas y, en ocasiones, irrelevantes acusaciones arrojadas por los contendientes, aplican la máxima del ataque como mejor defensa y caen en un espiral sinsentido de críticas sin más utilidad que la de descartarse mutuamente como opciones viables para gobernar. Olvidan que están ante millones de votantes esperanzados de encontrar en sus discursos un resquicio de sinceridad o preocupación real sobre su calidad de vida. Ante esta situación, la lógica consecuencia, según mi punto de vista, sería que una tercera opción política se abriese a los ciudadanos y nos recordase que no sólo existen el PP y el PSOE (aunque estaría por comprobar la honradez que ésta desprendiera). Sin embargo está visto que no todo el mundo comparte mi humilde y desinformado punto de vista (que yo de política entiendo lo mismo que un chimpancé de programación en COBOL). Con este panorama ante nuestros impotentes globos oculares, a uno sólo le queda inclinarse por esta tercera y cuasi desconocida opción, o resignarse y votar, que el tópico resuene en la red, a los menos malos.
Me despido hasta mi próxima, espero cercana, intervención en éste mi personal pedacito de este infinito mundo que llamamos Internet.
Una mención a este último fin de semana es un buen comienzo. Un par de días de alcohol y desenfreno quizás demasiado controlados que me han servido a la postre para asentar la cabeza con respecto a ciertos temas que me guardo para mi. Lo que sí puedo contar es mi experiencia casinesca en plena capital vicaína. Fue tan breve como productiva, y no digamos afortunada. Ganar a la ruleta apostando a número no es algo que suceda todos los días, y aunque luego hubiera que repartir las ganancias a cuatro partes, y se quedaran en meramente simbólicas, el puntazo que fue ver la bolita de la suerte o el infortunio detenerse sobre el número 21 es indescriptible. Una de esas experiencias para guardar en el baúl de los buenos recuerdos, siempre que no acabe desembocando en un problema de ludopatía al más puro estilo de Nicolas Cage en 'Leaving Las Vegas'. Película que, por cierto, me dispongo a visualizar en un rato, suponiendo que no me haya bajado por error el último remake masterizado de 'Lamming la Verga' (porno con caché, oyes).
En cuanto a otro tipo de novedades, comentar que parece que por fin va a salir un plan colectivo. Aunque tenga forma de camping y un tópico vacacional por destino, la semana en Benidorm promete ser, como poco reseñable. Y lo será, para bien o para mal, lo acabará siendo. Con una bombona de camping gas bajo el brazo partiremos a nuestra semana de turismo rural (o algún otro adjetivo con la misma terminación), en una ciudad que tendrá más densidad de población que el Da Vinci un sábado a las 4 de la mañana. Objetivo: pasarlo bien. Intención: pasarlo bien. Método: pasándolo bien. Deseos: ¡que no llueva, por el amor de Amón-Ra!
Pasando a temas de un interés algo más global, nadie puede olvidar que estamos ante las puertas de lo que serán 4 años de promesas incumplidas, lloriqueos constantes y críticas como puntas de flecha volando a diestro siniestro. Estamos ante el umbral de una nueva legislatura que traerá más de lo mismo si repite el cercano y humilde José Luis, o todavía peor si sale elegido el serio y preocupado Mariano. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, en las que nos vemos obligados a participar para acallar a nuestras bombardeadas conciencias, han invadido nuestras pantallas televisivas los debates políticos bipartidistas. También llamados 'cara a cara' o face to face para dar un toque hollywoodiense al tema, se empeñan en hacer ver que estamos ante una democracia oligopólica, donde sólo 2 opciones tienen capacidad para gobernar. Y dando esto por obvio, se ciñen a sus guiones en sus particulares duelos westernianos. Estos guiones consisten básicamente en una batalla pseudodialéctica de mutuo lanzamiento de mierda, donde lejos de demostrar su inocencia sobre las variopintas y, en ocasiones, irrelevantes acusaciones arrojadas por los contendientes, aplican la máxima del ataque como mejor defensa y caen en un espiral sinsentido de críticas sin más utilidad que la de descartarse mutuamente como opciones viables para gobernar. Olvidan que están ante millones de votantes esperanzados de encontrar en sus discursos un resquicio de sinceridad o preocupación real sobre su calidad de vida. Ante esta situación, la lógica consecuencia, según mi punto de vista, sería que una tercera opción política se abriese a los ciudadanos y nos recordase que no sólo existen el PP y el PSOE (aunque estaría por comprobar la honradez que ésta desprendiera). Sin embargo está visto que no todo el mundo comparte mi humilde y desinformado punto de vista (que yo de política entiendo lo mismo que un chimpancé de programación en COBOL). Con este panorama ante nuestros impotentes globos oculares, a uno sólo le queda inclinarse por esta tercera y cuasi desconocida opción, o resignarse y votar, que el tópico resuene en la red, a los menos malos.
Me despido hasta mi próxima, espero cercana, intervención en éste mi personal pedacito de este infinito mundo que llamamos Internet.
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