¡Precaución! Auto-publicidad

He decidido incluir una antigua publicación mía en un nuevo blog, aprovechando mi cuenta en Blogger, para tenerlo todo recogido y ordenado, y no como en el fotolog, que andaba todo desperdigado. Tengo intención de retomar mi modesto ensayo sobre fiestas, borracheras, y alcoholismos varios, dentro de poco. Lo retomaré donde lo dejé, en la etapa 'desfase'. Por si os lo preguntáis, sí, este verano ha habido unos cuántos para tomar de referencia.
Aquí dejo el enlace: Ensayo sobre el Arte de Salir de Fiesta

lunes, 22 de septiembre de 2008

El mundo no es una mierda, pero hay quienes pretenden que lo sea

Me doy cuenta, unos cuantos días después de que ETA reivindique a su grotesca manera su presencia en el panorama nacional, que este tipo de incidentes ya no me impactan. Imagino que no seré el único, pero es cuanto menos llamativo que pase desapercibida ante mis sentidos la noticia de un atentado que ha acabado con la vida de una persona y otro que ha podido hacerlo con las de diez. Es triste, lamentable, o como queramos llamarlo, pero es así. La violencia hace ya tiempo que se convirtió en inseparable compañera de viaje del ser humano. Un viaje que ha atravesado muchas adversidades y nos ha hecho progresar mucho en muchas materias, a saber: avances científicos, libertad, sociabilización, educación, ateísmo (esta última aún a riesgo de abrir un debate no deseado, pero sí, lo considero un avance)... Pero practicamente en cada paso que el hombre ha dado hacia delante, ha necesitado la ayuda su violenta compañera. Si no queremos creerlo, echemos una vista atrás: guerras, revoluciones, movilizaciones... (que no digo que en muchos casos no esté justificada, eso de poner la otra mejilla sólo funciona en las fábulas infantiles).

Pues bien, tanta dependencia de la violencia para progresar va a acabar por hacernos retroceder. Aún no me ha tocado de cerca (y espero que siga así de por vida) ninguna atrocidad de esos hijos de puta que se hacen llamar libertadores, gudaris o lo que cojones quieran llamarse. Pero está claro que últimamente están volviendo más por sus antiguos fueros y cada vez los daños colaterales se las traen más al pario. Que no digo que no me sienta igual de consternado por los propios asesinatos, pero como ciudadano de a pie y en términos egoístas, debería preocuparme más por que no sea yo ni nadie de mi entorno el que esté inocentemente paseando junto a un coche bomba cuando el temporizador o el dedo del infame bastardo hijo de perra que presione el detonador decidan que ha llegado la hora de que haga boom. En cualquier caso, como ya he dicho, mi más sentido pésame por absolutamente todas las víctimas de esos prehistóricos sanguinarios, que dicen buscar una libertad que ellos mismos abolen con su existencia.

Estas cosas me pierden, a mi, ‘buenrollista’ por naturaleza. Llamadme ingenuo, cándido o simplemente gilipollas, pero nunca entenderé el por qué de tanto sufrimiento, de tanta sangre derramada en nombre de causas que sólo unos pocos comprenden, y todavía menos las apoyan. En realidad, no entiendo la violencia en general, es una asignatura que se aprende en la escuela de la calle, dicen, y yo tuve la suerte o la desgracia de no poder asistir a esas clases. Está claro que tomé un rumbo distinto en mi viaje al de los que no tuvieron más remedio que aprender aquellas lecciones, y nunca sabré si es el correcto, pero es el mío, y es el que defenderé. La sangre está bien corriendo por las venas de las personas, que se quede ahí. La violencia es una de las plagas que hacen de este mundo un lugar peor, no dejemos que lo convierta en un vertedero al que no podamos sentirnos orgullosos de pertenecer.

"Hay dos caminos; uno es la vida y otro es la muerte, y si vives en la muerte, entonces debes estar muerto. Y si vives en la vida, entonces debes vivir. El camino que tu corazón decide, hace que vivas." Bob Marley, 1976.

1 comentario:

Seoane dijo...

Matar a una persona por defender un ideal, no es defender un ideal, es matar a una persona...
ETA KANPORA!